10 de Febrero: la participación al unísono de Italia y del mundo
Son 260 las localidades de Italia y del mundo que han participado con una ceremonia – con contenidos diversificados desde la puesta de coronas, al nombramiento de calles, desde los espectáculos a los conciertos – al Día del Recuerdo. Un testimonio fuerte de solidaridad, de voluntad de entender nuestra historia y de todas maneras de participar en un acontecimiento que abre tantos puntos de reflexión. Sea sobre el papel de Italia como del de los Países cercanos involucrados en los percances, pero también sobre el de historiadores y críticos.
Las palabras del Presidente de la República Giorgio Napolitano nos han dado una grande satisfacción porque demuestran que la lección de la historia ha sido aprendida un poco por todos y comenzando por la intervención del Quirinale, retomado en parte de la del año pasado, tenemos que pararnos a reflexionar sobre lo que también este año se ha hecho en Italia y en el mundo donde nuestros coterráneos viven.
A menudo problemas no expresados, tensiones acumuladas en el transcurso de los años, se disipan justo en el debate sobre el 10 Febrero que se demuestra, en cierto modo catártico, y verifica temáticas que han estado demasiado tiempo silenciadas en nuestra historia y no sólo en la nuestra. La odisea de los Desterrados se convierte así en parte del debate sobre el movimiento de pueblos que ha afectado Europa antes y durante la segunda guerra mundial. Esto es por lo que en este “mar grande” las consideraciones nunca son simplistas, tienen necesidad de filtros inteligentes y de un acercamiento positivo si se quiere transformar el sufrimiento de pueblos enteros en energía capaz de construir nuevas relaciones y realidades pacificadas. Cuando decimos que queremos volver a nuestras tierras, cuando afirmamos que nuestra meta es hacer que la cultura italiana de nuestras tierras este hecha por la gente que vive en ellas, no queremos poner en marcha una ocupación sino dar nuestra contribución para que una historia rica llegue a ser patrimonio del mundo. Creo que esto es un modelo alto que da dignidad al presente y nos permite esperar todavía una justicia que traspase – aunque los comprenda – los problemas de indemnizaciones y bienes abandonados.
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Con el Día del Recuerdo, nuestra labor se ha vuelto importante. La fuerza implosiva que ha caracterizado la actividad de nuestras asociaciones durante tanto tiempo, sale al descubierto y se proyecta hacia nuevos, finalmente creíbles, escenarios. Todo esto ha hecho posible la participación al unísono de Italia a esta manifestación.
Los primeros años, se quería dar una centralidad al Día del Recuerdo, focalizando en una ciudad las presencias más cualificadas, las ceremonias más importantes. Después ha sucedido algo inesperado, profundo, en cierto modo satisfaciente. Italia entera ha respondido, ha elegido estar al lado de los Desterrados en este momento.
¿Por qué?
Cuando se dio el éxodo de Istria, Fiume y Dalmazia – los 350.000 italianos fueron destinados a casi 130 campos de prófugos esparcidos por toda Italia. Un entero pueblo se ha encontrado con tener que interactuar con las realidades locales, a veces revelando la propia proveniencia, otras veces encubriendo la que para muchos era considerada no una vergüenza pero si una situación incómoda visto el comportamiento de la política italiana de cara a ellos. Los desterrados, de todas maneras, se han dado a conocer, entrando en los poros de la sociedad civil, dejando la huella. Consideramos la respuesta al unísono un homenaje a la relevancia de estas personas que han traído a Italia y al mundo los principios de una sociedad evolucionada, dedicada al trabajo, unida a su iglesia y a los valores de una larga historia de contactos con el mundo circunstante.
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En Trieste, capital moral del éxodo, las manifestaciones son casi obvias, menos en localidades como Venecia o Bolonia donde los desterrados han sido objeto de disputa y rechazo. Pues bien, el año pasado, propio con el letrero apostado en la estación de Bolonia, hemos conseguido abrir un capitulo importante en nuestra relación con la opinión pública. Este año en la región emilio-romagnola casi todas las ciudades se han movilizado para recordar de diversas maneras. De las escuelas han llegado peticiones de material didáctico, de textos sobre la historia del éxodo y las Foibe, de películas. Creemos que es este el camino a recorrer. Es verdad que no faltan las contradicciones. Hay quien quiere aprovecharse de este momento para hacer pasar textos que niegan la realidad histórica. La esperanza es que la opinión pública consiga distinguir los hechos de las opiniones de partidos. La historia no esta hecha de certezas, de blanco o negro, por lo que la invitación a todos es la de reflexionar sobre lo que oyen decir a quien no ama la causa de este pueblo esparcido y sobretodo de informarse: en los últimos años se ha escrito mucho, historiadores serios, que no son depositarios de la verdad pero se le acercan mucho.
En Eslovenia y Croacia los periódicos dan noticia del Día del Recuerdo a menudo con tonos negativos, como si el Día del Recuerdo fuera una conmemoración contra alguien y no es así. Los desterrados quieren que se hable de su historia no para mover acusaciones sino para tener un justo reconocimiento de hechos que han herido un pueblo en una Europa que hoy se ha abierto finalmente sin reservas a estas reflexiones. Y además están, en el resto del mundo, los comités giuliano-dalmatas que han sabido transformar esta jornada en un momento de grande reconocimiento por parte de la comunidad en la que están inseridos. Personalmente es una sensación de grande satisfacción.
Ahora hace falta otra ley que decrete finalmente la justa y definitiva indemnización de los desterrados. Hace falta un acuerdo con Eslovenia y Croacia para la restitución de los bienes aún en libre disponibilidad. Claro que las polémicas de estos días nos hacen marcar el paso y ayudan a poner en el asador los problemas que aún no se han resuelto sobre los que tenemos que trabajar e insistir para que “la verdad” – porque esto es –, al final, acabe lo mejor posible sobre todos los condicionamientos del pasado.
Renzo Codarin
Presidente de la Federación
de las Asociaciones de los Desterrados
